top of page

Vehículos de comunicación (Primera parte)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No importa cómo funcionen las instituciones culturales públicas o privadas, los espacios independientes cumplen un papel esencial en la red del sistema artístico. El resurgimiento del circuito independiente coincide con el actual desmantelamiento de programas públicos —culturales y educativos—, aunado a la problemática institucional de este año 2015 (1). La oferta de iniciativas independientes no opera desde la marginalidad, y su acción está mitigando el desequilibrio (2) y los huecos en las políticas culturales.

 

De esa fuerza se percibe una atmósfera de transición a nuevas visiones, a modos distintos de entender la experiencia del arte. Una inercia creativa y una conciencia crítica que parece estar reemplazando los modelos dominantes (3) en la ciudad de México.

 

Constituirse como independiente es, en sí, una manifestación de resistencia, pero también es otra forma de institución. Con una estructura que a estos espacios les permite desarrollar programaciones libres y generar discusiones alternas; algunos trabajan bajo agendas determinadas por programas de becas o financiamiento; otros, con formatos más orgánicos. En ambos esquemas se exploran posibilidades para el arte actual.

 

Luis Felipe Ortega lo escribió: “Toda práctica genera sus espacios de localización (espacios alternativos o independientes, cambios en los lugares de trabajo, movilidad del sitio de producción y exhibición, etc.); también es cierto que genera e instaura reflexiones, preguntas y foros donde han de entenderse los comentarios críticos, las especulaciones conceptuales.”(4)

 

Con ello saco a colación el IV Conversatorio de GASTV: “La educación artística en México”: problemáticas y alternativas, en el que Jazael Olguín Zapata asistió como invitado en representación de la Cooperativa Cráter Invertido. Ahí, se refirió a los espacios de diálogo como lugares incluyentes, en los que exponemos nuestros argumentos, tendencias, ideologías e incluso desacuerdos: “Una posibilidad para entablar discusiones sin mediaciones”. (5)

 

Y es así como pienso a los espacios —y medios— independientes: Plataformas de diálogo, de encuentro y de reciprocidad. La mayoría iniciativas de artistas y promotores jóvenes, que congregan una comunidad propia y un lenguaje inherente. Y como apuntó Jazael: “[...] tienen que estar destinados a la acción y de vuelta a la reflexión”. (6)

 

 ¿A través de qué dinámicas los espacios independientes generan reflexión? El arte ya no se entiende sin la acción participativa, cada uno, desde nuestro perfil, incidimos en los procesos reflexivos, y así cada espacio funciona como “un campo de intercambios y de producción colectiva” (7). Convivencias que generan negociaciones comunes.

 

Alguno de ellos abren el diálogo a través de asambleas y trabajos colaborativos en comunidades como Cráter Invertido; otros con un giro más específico como Aeromoto, activan y ponen en circulación el conocimiento. Y de la misma manera, las propuestas se abren para suceder fuera la ciudad, incluso fuera del país. La pregunta tiene que ver entonces con sus estrategias de comunicación para movilizar estos contenidos, y a su vez, generar memoria del presente. ¿De qué manera circulan el diálogo?, ¿con quiénes dialogan?, ¿este diálogo encuentra otros momentos?

 

Preguntas que explorarán las maneras en que los procesos de discusión se pluralizan, se desarrollan y regresan para responder a las exigencias de nuestro tiempo.

 

 

 

1—Problemática que engloba por ejemplo, los intereses políticos que determinaron la operación de museos —públicos y privados— resultando en temas polemizados, como los actos de autocensura en Museo Jumex, o los cuestionamientos de ética profesional en Museo de Arte Moderno. Además de la falta de programas públicos que incentiven la vinculación de los museos con la comunidad.

 

2— Un desequilibrio institucional interno, resultado de los constantes recortes presupuestales al sector cultural, implementados este año como “medidas de ahorro". Que frenaron el desarrollo de programaciones, de especialización de personal y de condiciones óptimas de trabajo dentro de los museos, en esta crisis menciono, por ejemplo, al Museo de Arte Carrillo Gil.

 

3—Es decir la repetida oferta cultural, con los mismos formatos de un arte políticamente correcto — aburguesado y mediático— de reciclaje de cánones. Basta mencionar el reciente fenómeno Da Vinci­Miguel Ángel en el Palacio de Bellas Artes.

 

4—Luis Felipe Ortega, Prólogo El Cubo de Rubik, arte mexicano en los años 90.

 

5—Jazael Olguín Zapata en IV Conversatorio GASTV: “La educación artística en México:

problemáticas y alternativas”.

 

6—Ibídem.

 

7—Andrea Giunta, ¿Cuándo empieza el arte contemporáneo? 4— Ibídem.

 

5— Ibídem.

_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Pamela Ballesteros (Ciudad de México, 1990).

_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________

 

Periodista y gestora cultural. Ha colaborado en áreas de comunicación y difusión en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, el Museo Universitario del Chopo y Zona Maco Arte Contemporáneo. También escribe de manera periódica en diversas publicaciones digitales e impresas. Actualmente se desempeña como coordinadora adjunta de la revista digital de arte contemporáneo GASTV.

DIÁLOGO: Mariana Jurado Rico (Bogotá, 1991), Paraíso Bajo/Asamblea ordinaria.

Cortesía de Jerónimo Rosales

bottom of page